Los cambios sociales han modificado mucho el significado de la noche de bodas. Esto, unido, a los cambios en la forma de celebrar la fiesta, que se prolonga muchas horas, provoca que en ocasiones, la noche de bodas se pase bailando con familiares y amigos, o como mucho, descansando y reposando las emociones del día vivido.
Sin embargo, no hay por qué prescindir, de vuestra particular «noche de bodas» sea cuando sea, y sea donde sea. Es más, os animo a celebrar cada año, vuestra noche de aniversario de bodas, con el mismo romanticismo de la primera noche.
Seguro que encontráis muchas y variadas ideas para hacerlo, pero centrándonos en la noche del enlace, os traslado algunos consejos para hacerla más agradable.
Lo primero que deberíais tomar en consideración, es el momento de iniciar vuestra luna de miel. Podéis optar por iniciarla dos días después de la fecha de la boda, para daros tiempo a descansar. O por el contrario, si vais a realizar un largo trayecto con importante cambio horario, podéis alargar la fiesta hasta que tengáis que coger el vuelo, para dormir durante el viaje y llegar aclimatados. Sería interesante cambiaros de ropa, pero si queréis añadir cierto sentido del humor y romper moldes, también tendría su gracia viajar vestidos de novios.
Si celebráis la boda en un lugar que tenga habitaciones, no dudéis en reservar allí mismo una, donde además podáis dejar distintos enseres y regalos durante el festejo. Muchos hoteles os regalan la suite nupcial al contratar el banquete.
Si terminada la fiesta tenéis que desplazaros, es mejor que tengáis apalabrado un servicio de taxi para evitar conducir.