La revista Hola nos sorprendía esta semana en su portada con la boda secreta entre la guapísima actriz ilicitana Carolina Cerezuela y el tenista ya retirado Carlos Moyá. Para su boda civil eligieron, como escenario, la localidad mallorquina de Llucmajor, donde ambos tienen fijada su residencia.
Como dama de honor, que mejor que su hija Carla, que en agosto cumplirá un año y que fue la encargada de llevar las alizanzas de boda. Debido a su corta edad, las llevaba metidas en una bolsita atada al cuello. Llevaba un simpático vestido color crudo con un fajín y flor a juego y unas simpáticas tobilleras en su pie derecho.
Carolina iba guapísima con un vestido de encaje color marfil de estilo ibicenco. Escote palabra de honor, talle bajo y aplicaciones en tul.
Para su peinado optó por una larga melena, ondulada y semirrecogida a un lado. No llevaba velo ni mantilla ni ningún broche o prendido en el pelo. Un peinado de lo más suelto y natural. Además, irradiaba frescura, muy acorde con el resto de la boda.
Para su ramo de novia optó por un ramo de novia buqué compuesto por rosas de diferente color y muguet.
El novio, muy elegante, eligió para tan importante ocasión un elegantísimo esmoquin negro con camisa blanca y un prendido blanco en la solapa de la chaqueta.
Sin lugar a dudas, estaban guapísimos y desde aquí les deseamos toda la felicidad del mundo.