Seguro que cuando llega el momento de comenzar a organizar todo lo que una boda supone, muchos de vosotros pensais en las veces que soñásteis con casaros en una isla desierta, con la única presencia de los padres, familiares más allegados y amigos muy muy especiales.
Sin embargo, son muchos los compromisos que tanto los novios que preparan el evento como los padres de estos tienen y parece imposible no invitarlos. Por eso, cada vez más a menudo, vemos a novios que deciden organizar dos bodas.
¿Qué signifca dos bodas? Pues que primero realizan una, digamos más oficial que incluye la ceremonia y el ritual del matrimonio, ya sea boda civil o religiosa en la que se invita a las personas más allegadas a los futuros recién casados.
Y posteriormente, a la semana siguiente, o incluso muchos deciden hacerla a la vuelta del viaje de novios, más descansados de los preparativos, organizan una segunda boda, más informal con una cena cocktail y baile para todos los que estuvieron presentes en la primera boda y para todos esos compromisos.
De esta manera, se hace partícipe a todo el mundo, pero digamos que cada uno en su debido momento. Además, los novios tienen la opción de reunirse dos veces con todos los seres que quieren y la novia tiene la «excusa» perfecta para hacerse con dos vestidos de novia, el de la primera ceremonia, más clásico quizás y el de la segunda, donde puede ser más transgresora y optar por las maravillas de vestidos de novia pantalón o vestidos de novia cortitos.
¿Qué os parece la idea? a mí desde luego, muy acertada. Hoy en día, este tipo de ceremonias está siendo cada vez más flexible, y se puede adaptar con total comodidad a las necesidades de los protagonistas. Si optais por seguir nuestra idea, no dejeis de compartir vuestras experiencias con nosotros.