Dependiendo de como sea tu vestido, te convendrá una lencería u otra. Lo ideal es que ni se marque ni la notes. Por tanto, a pesar de que lo que te apetezca es la lencería más sexy, a veces es mejor algo funcional para que el resultado sea perfecto. Además, siempre puedes cambiarte por la noche.
Si tu vestido es ceñido es recomendable que tu ropa interior sea lisa, mejor si es de licra y tejido elástico porque es más práctico y puedes encontrar modelos que te favorezcan.
Los culottes, brasileñas o bóxers tanga son otra opción brillante que te quedará de muerte porque al ser más amplio te cubre y recoge más las nalgas al mismo tiempo que las decora. Pero siempre se recomienda la ausencia de gomas o costuras, lo propio son las cortadas al láser que no dejan ninguna marca. Tienes que estar muy cómoda, no es el día para andar pendiente de si se te clava la ropa interior.
Los sujetadores también dependerán de tu vestido. Deberás elegir uno específico para tu escote para que no se asomen los tirantes y si es necesario, que te cosan presillas en el interior de los hombros para que el tirante del sujetador no se mueva.
Es fundamental que te lo compres antes que el vestido para poder hacer todas las pruebas con el sujetador que vayas a utilizar el gran día. Si el vestido es comprado, te lo pruebas con el sujetador y si te estás haciendo tu vestido a medida, tienes que hacerte todas las pruebas con el mismo sujetador.
Los colores de tu ropa interior también son importantes. Siempre se recomienda el color cava, visón y el beige, dependiendo del color de tu piel para que transparente lo menos posible. Evidentemente, nada de estampados ni de colores estridentes.
Si el tejido de tu vestido es liviano, los blancos y marfil también suelen transparentar. Si vas a llevar un vestido de tejido con más cuerpo, podrás llevar ropa interior blanca y con puntillas o encajes porque no se notará. La diseñadora de tu vestido sabrá decirte cual es el apropiado y aconsejarte que es lo más apropiado para tu boda.