Siempre están los tonos clásicos para el color del vestido de novia. El blanco de toda la vida refleja el paso por el altar más soñado a través de las décadas y el blanco hielo, es símbolo de una novia eterna. Pero con el paso de los años, la paleta cromática ha ganado preferencias y cada vez más las novias se atreven a desafiar al blanco más radiante.
Los vestidos de novia en color pastel quedan muy bonitos. El color rosado en todos sus matices nos recuerdan la dulzura y la suavidad de un romance sin límites. También destacan los vestidos de color azul claro, que aporta al look nupcial un toque de serenidad y relax, muy especial para un sí quiero.
En las pasarelas también nos encontramos con vestidos de novias en tonos mint, verde claro, turquesa e incluso el amarillo en su variante más tenue, así como el marfil, preferido por las novias más arriesgadas, de carácter extrovertido y amantes de tendencias.
Si te decides a llevar un vestido de tono pastel en tu boda, opta por complementos y accesorios muy sencillos ya que el centro de atención esta en el color, de otra manera recargarás el look nupcial. No obstante, el ramo de flores y los zapatos sí que podrían hacer un bonito conjunto con el vestido.
Sin duda son bonitos los vestidos, pero yo soy más clásica… El sueño al casarme fue y será siempre para la mayoría subir de blanco al altar.