Las damas de honor

Hoy hablaremos de la figura de la dama de honor. De dónde proviene y cómo ha evolucionado.

En casi todas las religiones, esta figura la encarna una niña de unos doce años con un vínculo estrecho con la novia, la mayoría de las veces con relación familiar directa. Fue durante la Edad Media cuando se instauró la figura de dama de honor en Europa, traladándose después al continente americano con el descubrimiento de América. Es precisamente aquí donde, a día de hoy, ha cobrado mayor importancia.

Con la llegada del siglo XX el rol de la dama de honor cambió. Las ceremonias nupciales se flexibilizaron y en las bodas civiles esta figura desapareció. Actualmente, el concepto nacido en la Edad Media, se ajusta más a lo que ahora llamamos «paje», niños que se encargan de abrir el cortejo nupcial arrojando flores o llevando los anillos.

Las damas de honor suelen ser ahora amigas íntimas de la novia (que en algunos casos visten entre sí del mismo color) y ayudan en la preparación y organización de la ceremonia. Existe entre ellas una figura llamada «la primera dama», ella será la encargada de esperar a la novia a la entrada de la iglesia para ayudarla con el velo y la cola del vestido. Durante la ceremonia se ocupará de sujetar el ramo hasta la salida del cortejo, cuando deberá devolvérselo a la novia.

Esta persona será el apoyo de la novia durante toda la ceremonia y en los meses previos a la boda. Durante la fiesta el resto de damas de honor (si las hubiese) ayudarán a la novia en todas aquellas labores que sean necesarias. Por todo esto, su elección no debe tomarse a la ligera, deben ser personas de confianza y dispuestas a colaborar en el día más importante de su amiga.

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