A día de hoy, podemos hacer la lista de nuestra boda a nuestra medida. Tenemos muchas posibilidades según nuestros deseos, variando de lo clásico a lo insólito.
Podríamos decir que es como pedir una carta a los Reyes. Nosotros vamos a poner todo lo que queremos, sabiendo que no tenemos porqué recibir todo, pero por pedir que no falte.
Podemos ir a una firma especializada que nos ofrezca la posibilidad de este servicio, así que depositaremos nuestro inventario de todo lo que queremos. Entonces los invitados irán haciendo la selección de lo que ellos regalan, pagando así el dinero que corresponda. Y gracias a Internet, cada invitado podrá consultar el estado de compras incluso nosotros, sabiendo así quién va comprando cada cosa y qué queda por elegir.
Casi todas las tiendas nos dejan cambiar de opinión, y destinar el dinero a otros productos de su comercio, por si ocurre cualquier error o simplemente nos hemos dado cuenta que queríamos otra cosa.
Existen un montón de firmas con estos servicios, así que al haber competencia nos proponen diferentes facilidades, como pueden ser ofertas, facilidades en el pago de grandes compras, un resumen de los gastos, cheques-regalo, entregas gratuitas…
Los operadores turísticos además te ofrecen una reducción muy seria: pueden hacer que la novia pague solo la mitad de la tarifa, o añadirte servicios como la clase del avión o algún tipo de excursión de regalo.