Un momento clásico, e incluso peliculesco en toda boda es el momento en que la novia sale del coche y todo el mundo puede verla, este momento es muy especial, ya que muy pocos invitados han podido verla vestida de novia, y ese es el momento en el que todos pueden descubrir lo espectacular que está. Algunas opciones que tenemos que barajar antes de elegir el vehículo que nos llevará a la iglesia son:
1- Tipo de vehículo: Si somos muy tradicionales, podemos utilizar el típico coche tipo limusina, o bien un coche más sencillo, o si queremos una ceremonia de película tenemos la opción de utilizar un coche tirado por caballos, algo más pomposo, pero igualmente aceptable si nuestra boda lo permite y va acorde con este detalle, por ejemplo una ceremonia en la iglesia, con un vestido con muchos detalles, y con muchos invitados. Si por el contrario somos más hippies es posible ser originales y utilizar un carruaje o caravana más informal, o vintage.
2- Comodidades: Sea como sea el vehículo, debe ser lo suficientemente amplio y cómodo para que el vestido quepa sin problemas , y no se arrugue. Asimismo, el conductor debe ser alguien experimentado, seguramente un profesional que contratamos junto con el coche. La novia deberá ir acompañada de un invitado, preferiblemente alguien de la familia, el padre, madre, o bien alguna dama de honor, que le servirá de apoyo a la novia en los momentos estresantes cercanos a la boda, y estará presente en caso de que algo ocurra, pudiendo avisar del improvisto.