El cursillo prematrimonial

Queridas amigas, hoy os quiero hablar del curso prematrimonial. El curso prematrimonial es requisito indispensable para recibir los sacramentos del matrimonio. Seguro que todas conocemos algún amigo que presume de habérselo saltado y es que ya solo con el nombre «cursillo prematrimonial» echa un poco para atrás.

Porque, ¿se puede enseñar a amar? ¿Cómo se supone que se hace esto?, y lo que es más gordo, ¿quién se puede considerar maestro para enseñarnos a los demás? En fin, un montón de preguntas nos asaltan a cerca de lo que vamos a «aprender» en estos cursillos y sobre todo lo que molesta es que parece que se pone en duda que la relación que llevas con tu novio (da igual que lleves con él diez años de noviazgo) sea una relación como Dios manda. Además paradójicamente estos cursillos no son muy largos, en tan sólo diez horas ya se toca todo el temario.

Bueno, pues todo esto que os he contado era lo que pensaba antes de asistir al cursillo prematrimonial, pero la verdad es que me he llevado una grata sorpresa. Creo que la culpa de que la gente se pueda mostrar un poco reacia a estos cursillos es el nombre: «Cursillo prematrimonial». Realmente  de lo que se trata es de una convivencia en la que todos ponemos un poco en común nuestra forma de amar y llevar nuestra relación.

En el cursillo al que estoy asistiendo hay dos parejas veteranas con casi cuarenta años de matrimonio a sus espaldas que nos han contado su experiencia, sin omitir los episodios de crisis y las confrontaciones que son algo natural en todas las parejas. Esto me ha sorprendido gratamente porque pensaba que en estas charlas se iba a idealizar el amor y nada más allá de la realidad.

También dan consejos de cómo confrontarse (no enfrentarse) de manera que la comunicación sea fluida y los problemas se solucionen en vez de enquistarse y convertirse en un cáncer en la relación más adelante (pero sin herirse). Puede que estas cosas ya las estés aplicando tú en tu día a día, por lo que te satisfará  saber que a vista de otras personas tu forma de comunicarte con tu pareja es la correcta.

La verdad es que en estos días en los que para organizar la boda, no paras de hablar con proveedores, pensar en que tienes que ser la novia más guapa del mundo, invitaciones, regalos para invitados, hacer cuentas… es inevitable que sin darte cuenta te quede poco tiempo para pensar en ti y en tu pareja. Está claro que todos nos casamos por amor, pero puede que al querer hacerlo tan bonito nos estemos olvidando de lo más importante, de nosotros. Por eso, recomiendo a todas las que os vais a casar que no paséis del curso prematrimonial.

A mí me está haciendo más consciente de lo feliz que me hace casarme con mi novio, de lo que nos queremos y del paso tan importante que vamos a dar. Es algo que os ayudará a vivir con más intensidad el día más importante de vuestras vidas.

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