Son miles y miles los detalles y preparativos que supone una boda. Sin duda una boda es el día más importante de la vida de los novios y es importante que tengan un grato recuerdo y así puedan revivir ese día en cualquier momento de su futuro.
Por eso, los novios eligen un fotógrafo que se encarga de hacer las fotos y el vídeo de la boda como recuerdo. Si bien es cierto, ambos se centran más en los novios y familiares más directos, pero ¿y qué pasaría si los novios quisieran saber lo que piensan sus invitados sobre la boda o sobre ellos?
Para eso existe lo que se conoce como «El Confesionario». Se trata de reservar un lugar en el salón donde vayáis a celebrar el banquete. Se coloca una cámara fija y un sillón delante de la cámara. Una persona se encarga de controlar la cámara y desde el momento en que comienza la barra libre, los invitados se pueden ir pasando por ahí e ir dejando sus opiniones.
Cuanto más avance la barra libre más divertidos serán los sketchs… desde luego que después los novios se van a reír.
Es una forma de tener un recuerdo original, diferente y divertido de un día tan especial y de todos los invitados.