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Además de la boda, durante los meses previos a la celebración hay que organizar también la luna de miel. Un viaje que quedará para siempre grabado en la retina de la pareja. Ahora no es como antaño que los novios salían por primera vez de sus pueblos o ciudades el día de su luna de miel, es verdad que cada vez es más común disfrutar de viajes al extranjero. Pero en la luna de miel, lo importante, es el clima que se crea. Por fin, los novios han pasado a ser marido y mujer y por eso este viaje será más especial que el resto.
Lo primero es ponerse de acuerdo con los gustos de la pareja, puede ser que uno prefiera relajarse en una playa paradisíaca mientras que el otro quiera descubrir nuevos mundos y culturas, dedicando esos días a un turismo sin descanso.
Punto 1: llegar a un punto intermedio. Seguro que se puede llegar a un acuerdo y encontrar un destino paradisíaco con mucho que ver, como por ejemplo México. Otra opción es un crucero, si elegís alguno que tenga días completos de navegación podréis combinar perfectamente el plan de turismo y sol.
Punto 2: establecer el presupuesto. Normalmente, se dispone de un presupuesto bastante alto para este viaje, pero si vuestra idea es algo más low cost, no os preocupéis, buscando, en Europa tenemos grandes rincones por descubrir y en España disponemos de unas islas y parajes que merece la pena visitar y no tienen nada que envidiar a destinos caribeños, como por ejemplo Formentera o Menorca…
Punto 3: hacer algo que nunca hayas hecho. Como ya hemos dicho, este será un viaje especial, busca un lugar donde ninguno de los dos hayáis estado, de esta manera podréis descubrirlo juntos. Y no sólo eso, dale un toque de aventura a tu luna de miel (aunque sea un poco) serán momentos diferentes que siempre recordarás, bucea con tiburones, lánzate en parapente o sobrevuela una selva lejana…
Con un poco de todo esto tendréis seguro la luna de miel ideal.