Este segundo vestido que os mostramos lo lució Su Alteza Real la Duquesa de Cambridge en la cena que los Príncipes de Gales organizaron para algunos invitados. En esta segunda ocasión, Kate Middleton se decantó por un vestido en satén blanco firmado también por Sara Burton para Alexander McQueen. Un vestido precioso que complementó con el cinturón de pedrería y el bolero también blanco con el que se protegió del frío de la noche londinense.
Ambos vestidos tienen en común el escote en forma de corazón. Son vestidos muy similares, quizás este último podríamos denominarlo como «copia» un tanto más relajada del vestido que lució durante la ceremonia religiosa. Quizás podríamos clasificar este segundo vestido dentro de los vestidos de fiesta y no de los vestidos de novia, si bien es cierto que este también podría ser un vestido de novia perfecto para cualquiera de nosotras.
Sinceramente no sabría por cuál de los dos decantarme porque, si bien el primero es clásico y elegante sí un tanto aparatoso por la falda acolchada a la cadera así como por la cola de 3 metros, este segundo es algo más juvenil sin perder la sobriedad y la elegancia.
Dos fantásticos vestidos de novia a la altura de una Duquesa y que completaban un look de felicidad y ternura en una de las bodas reales más importantes de este año.
Es importante también resaltar el hecho de que tanto para la ceremonia religiosa como para la cena de después, Kate siempre se mantuvo fiel a su estilo con su melena suelta tan sólo adornada con unas sencillas ondas. Un peinado de novia que quizás, con el vestido que lució en esta boda religiosa, no estuvo muy acertado y le hubiese pegado más un sencillo recogido, me pareció que entre el cuerpo de encaje, el velo, la tiara y el pelo hacía un conjunto excesivo, pero esto, al fin y al cabo, es sólo mi modesta opinión.