Supersticiones relativas a las bodas

La verdad es que yo no soy nada supersticiosa… me parece absurdo condicionar tu vida o creer a pies juntillas algo que carece de fundamento científico. En fin como todas no somos iguales, ni tenemos por qué pensar de la misma manera (si no vaya aburrimiento…) hoy voy a escribir sobre las supersticiones relativas a las bodas. Algunas puede hacer gracia, el respetarlas (lo de que el novio no vea el vestido de novia, lo de llevar algo azul, algo nuevo y algo prestado) pero otras parecen ideas de bombero jubilado. En fin, tanto las que sois supersticiosas como las que no, pasareis un buen rato leyendo estas curiosidades.

Supersticiones de la boda:

– El día de tu boda nunca te pongas perlas. Las perlas simbolizan las lágrimas y te traerán muchas a lo largo del matrimonio.
– No te cases en enero ya que tendrás problemas económicos a lo largo de todo el matrimonio.
– No olvides ponerte algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul.
– Aunque viváis juntos, la noche antes debéis pasarla cada uno en su casa o en casa de los padres.
– Cuidado con los días: el más conocido es el martes y 13, ya que martes es el día de Marte, dios de la guerra, y el número 13 corresponde al arcano de la muerte. El martes, aunque no sea 13, sigue siendo un día aciago para casarse: Marte siempre crea discordia.
– El ruido y la música alejan a los malos espíritus. Por eso en algunas ciudades pequeñas todavía se lleva el cortejar a los novios haciendo mucho ruido.
-Por mucha fama de florido y hermoso que tenga el mes de mayo no es tradicionalmente propicio para bodas. La culpa la tiene la «Noche de Walpurgis»: desde la puesta del sol el 30 de abril a su salida el 1 de mayo se desarrollaba una lucha feroz entre las fuerzas de las tinieblas y las de la luz. Los brujos, brujas y espíritus malignos se ponían manos a la obra, se dedicaban a bailar desaforadamente y hacían sacrificios humanos. En toda Europa se creía que los brujos desplegaban esa noche y las siguientes una actividad especialmente peligrosa, con efectos nefastos sobre la fertilidad de los jóvenes esposos.

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