Son muchas las supersticiones y tradiciones que rodean a las bodas. Quién o quienes deben ser padrinos, el tiempo que va a hacer, llevar algo nuevo, algo viejo, algo prestado y algo azul, etc… y entre otras se encuentran «las mil y una tradiciones del ramo de novia».
Algunos dicen que el ramo de novia lo debe comprar la novia y ya está. Que debe ser un regalo especial, y que puede quedar bien en la familia del novio o bien en la familia de la novia.
Sin embargo, otros consideran que el ramo de novia debe ser regalado por los padres del novio y que un miembro de la familia de este deben entregárselo.
Este fue mi caso. Mi suegra me regaló el ramo, me acompañó a elegirlo a la tienda y ya no lo volvía a ver hasta el mismo día de la boda. Para entregármelo, la mañana de la boda el sobrino más pequeño de mi ahora marido se presentó en mi casa con él y lo mejor viene ahora… el ramo de novia venía con sorpresa.
Mi marido había escrito, él mismo, un poema muy bonito que describía los 5 años que hacía que nos conocíamos hasta el momento en el que ese día nos encontrábamos.
El sobrino pequeño me lo leyó y después me entregó el ramo. La verdad es que fue un momento de lo más bonito y de lo más especial. Así que todos y todas las que nos leais no dudeis en compartir esta idea con vuestras amigas y amigos, vereis como atrae a más de uno.
Espero que compartir mi experiencia con vosotras os pueda ayudar.