Organizar una boda informal es tan trabajoso como una boda por todo lo alto.
Por mucho que decidas hacer algo muy cuco para ti y los tuyos nada más, tendrás que organizar un millón y medio de cosas. Prácticamente las mismas que en una boda con 300 invitaciones de boda. Asúmelo.
Siempre habrá algún idiota que meta la pata.
Reláx, es pura estadística que alguien meta la pata, a más tardar durante la barra libre.
Siempre hay un gasto desorbitado con el que no contabas.
Como mínimo uno.
Palabras como clásico son muy subjetivas.
Encárgate de saber cual es el concepto que tienen en el salón de bodas de la palabra clásico. Probablemente no tenga nada que ver con el tuyo (ni con el de nadie). Muchas veces se confunde con rancio. Ayúdate de fotos para hacerte entender con todos los proveedores de tu boda.
Habrá cosas que no te gusten.
La vida misma… Desde el vestido que ha elegido tu madre, hasta la luz que hay en el salón del banquete.
¡Disfruta de tu boda!
El novio olvidará cosas que tenía que hacer.
Y por su culpa el DJ no tendrá el CD con vuestros “clásicos”. Pasado mañana os vais a Tailandia y tiene caducado el pasaporte, el primer día de casados lo pasará en una comisaría…
El novio hará cosas que no tenía que hacer.
Invitar amigos a última hora, revelar sorpresas y organizar un bingo durante la cena. Recuerda que te casas con el por amor, no por sus dotes de Wedding planner.
Todo el mundo (y queremos decir todo el mundo) tiene una opinión.
Cosas como: “No contrates una banda para el coctail “, “este año se lleva el rosa para decorar los salones” o “¿Vas a ir de Blanco? que antigua…” las vas a a oír sin parar. Recuerda que es TÚ día y crea un escudo de fuerza imaginario a tu alrededor.
Tranquilos, siempre hay personas que han de criticarte. Es lo normal.
Vosotros a disfrutar y pelillos a la mar!!!