Las bodas están llenas de tradiciones, algunas de ellas datan de fechas inmemorables. Como por ejemplo, el velo.
En algunas culturas orientales, donde el matrimonio concertado era lo más habitual, el velo era un elemento cuyo objetivo era el de cubrir por completo el rostro de la novia, dejándose ver tan solo por su marido una vez finalizada la ceremonia, de este modo se convertía en la gran sorpresa de la boda.
Para los romanos el significado era bien diferente. El velo protegía a la novia de los malos espíritus, el mal de ojo y la envidia. Conforme pasaron los años y su uso se extendió a todas las culturas, empezó a considerarse un símbolo del recogimiento, la inocencia y la virginidad de la mujer, significado que ha llegado hasta nuestra época en la que la mayoría de las veces la novia lo elige como complemento para dar más empaque a su vestido.
El velo es una parte importante de nuestro vestido de novia y quizás lo que más se vea a simple vista, por lo que su elección debe ser muy estudiada, a continuación os dejamos algunas sugerencias, clasificadas según la largura del velo.
El velo de hombro o Blusher: El más apropiado para una boda de día. Ideal para las novias más discretas o tímidas. Encaja fenomenal con los vestidos «palabras de honor». Generalmente son velos muy sencillos de tul que caen hacia atrás aunque también existen los de «estilo francés» con maya cubriendo la cara.
Velo a la altura del codo: Suele medir unos 75 centímetros. Es ideal para las bodas más informales, con vestidos sencillos. Para ceremonias tanto de día como de noche.
Velo a la altura de los dedos: este es uno de los más utilizados. Encaja con cualquier tipo de vestido y da un toque muy elegante.
Velo tipo vals: La largura de este velo será entre las rodillas y los tobillos. Si tu elección es esta, será mejor que tu vestido no tenga cola. Es un velo cómodo y que cobra importancia sin tener que llegar al suelo.
El velo tipo capilla: Para bodas más formales y protocolarias, el velo llega hasta el suelo extendiéndose unos centímetros por el suelo haciendo un poco de cola.
El velo tipo catedral: este velo se asocia a la realeza, su largura mínima debe ser de dos metros y medio. Es el más espectacular de todos pero también el más aparatoso, por ello se usa tan solo en el paseo de la novia hacia el altar y durante la ceremonia.
