Invitaciones

Si estamos planificando una boda, tenemos el apartado de invitaciones como uno de los más difíciles, aunque aparente todo lo contrario. No se les da la importancia que merecen porque son la primera noticia o imagen que los invitados reciben del evento. Es la primera impresión y es muy importante.

Si el objetivo es proyectar una imagen sobria y formal elegiremos una invitación de esas características. Si preferimos una divertida para que ese sea el recuerdo que queremos que quede en la memoria de los asistentes, será otro tipo completamente distinto.

Suelen guardarse al finalizar el enlace y normalmente, en las reuniones familiares, salen a la luz. Hay gente que hasta las colecciona y posteriormente las expone en algún lugar de su hogar.

Se deben enviar con la suficiente antelación, por lo menos dos meses de anticipación a la fecha de la boda, aunque recomendamos algunos meses más. Si tenemos una lista de bodas para los regalos, incluiremos una tarjeta del establecimiento con el que esté apalabrada la lista.

Son la confirmación oficial a familiares y amigos de nuestro enlace, y podemos hacer llegar la noticia de muchas maneras diferentes. Hay una extensa gama para elegir el tipo de invitación, y dependerá de tus gustos y tus necesidades.

Algunos ejemplos son el tipo minimalista, de tipo calendario, indicando nombres, fecha y lugar del acto de una forma escueta, o la sencilla, una invitación más neutra y con mínimos detalles; o mi favorita, la temática, para los amantes del cine y la diversión.

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