Representan la fidelidad y el amor de la pareja. Parece que las alianzas es algo que no pasa de moda, según afirma Mónica Martínez. la directora de una revista de bodas digital.
Tampoco son la clave de la boda, y no son indispensables (aunque en las películas americanas parece que lo sean). Eso no quiere decir que sean unas piezas que no suelen faltar ni en las ceremonias religiosas ni en las civiles.
Nos remontamos al siglo III a.C para ver como los egipcios ya usaban unos anillos, que iban renovando año tras año. Esto lo adoptaron de los griegos, que los llevaban en el hoy conocido dedo anular, ya que creían que la vena de ese dedo llegaba hasta nuestro corazón. Los romanos los usaban de hierro, ya que el oro era para las clases de alta cuna.
Formaría parte de los cristianos en el siglo IX a través del Papa Nicolás I. Con el paso de los siglos, la Iglesia propuso la utilización del oro, ya que consideraba al matrimonio algo tan valioso como el mismísimo metal.
Hasta hace bien poco, la alianza redondeada de oro amarillo había sido la clara dominadora. Desde hace algunos años, el oro blanco y el platino son de los más solicitados. Ahora hay una moda de incluir «diamantesen» a las alianzas, por dentro del anillo, para dar valor añadido a esta histórica reliquia.
Vendo mi aliansa, rasón: mi mujel me dejo resientemente porque me pillo con una mina en la cama. Le cante la cansion de Juan Magan pero no funsiono. Vendo por poco dinero.