La boda musulmana tiene que darse en una Mezquita ante un Imán, el jefe religioso o espiritual de la sociedad.
Al igual que en la católica, los preparativos de la novia como el vestido o el arreglo de su cabello, no los puede ver el novio antes de la celebración porque traerá mala suerte (evidentemente eso incluye no ir a los aposentos).
Los hombres pueden casarse con musulmanas, con cristianas o con judías, ya que son pueblos que tienen un libro revelado. Las mujeres no pueden con alguien no árabe, porque ellas no pueden mantener las tradiciones como los hombres.
La finalidad del rito matrimonial es la consumación, dando por terminado el contrato. Contrato que tiene que estar certificado por el novio y por su tutor, el «Wali», que también pronunciará un discurso durante la celebración.
Todas las leyes, y las del matrimonio no son excepción, están en el libro sagrado, el Corán.
Los hombres pueden tener varias esposas, aunque lo normal sea tener una (por cuestiones económicas de manutención). Esto es la dote, la aportación debe ser lo suficientemente «generosa» en forma de dinero u otros bienes para garantizar el equilibrio y estabilidad económica de la futura familia. Tienen que asegurar a su esposa una seguridad por si se mueren.
La primera noche de celebración es sólo una fiesta para las mujeres. La novia se viste su «caftan» y manos y pies son marcados con henna. La segunda noche será el banquete de boda con los familiares y los amigos. Ella irá de blanco, al ser pura y casta. Después del banquete se retirarán para consumar el matrimonio.