Tenemos varias maneras para expresar el consentimiento, es un punto clave en la ceremonia. Sucede cuando los contrayentes, que estarán cogidos de la mano, expresan su compromiso mutuo de amor y fidelidad para siempre. Hay varias formas:
En la primera el sacerdote dará paso al novio que iniciará el consentimiento.
– Sacerdote: así pues, ya que queréis contraer santo matrimonio, unid vuestras manos y manifestar vuestro consentimiento ante Dios y ante la Iglesia.
– Novio: Yo, Carlos, te quiero a ti, Marta, como esposa y me entrego a ti, prometo serte fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad, todos los días de mi vida.
– Novia: dice lo mismo pero dirigiéndose al novio.
En la segunda es el sacerdote el que pregunta al novio directamente.
– Sacerdote: Carlos, ¿Quieres recibir a Marta como esposa y prometerle serle fiel en las alegrías y en las penas, en la salud y en la enfermedad y así amarla y respetarla todos los días de tu vida?
– Novio: Sí, quiero.
– Sacerdote: se dirige a la esposa y le repite exactamente lo mismo.
– Novia: No, no quiero (es broma). Sí, quiero.
– Sacerdote: el señor que hizo nacer en vosotros el amor, confirme este consentimiento mutuo que habéis manifestado ante la Iglesia. Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre.