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Según va avanzando la ceremonia el sacerdote reclamará los anillos, que se colocan en el dedo anular derecho de los novios. En España encontramos algunas excepciones como puede ocurrir en Cataluña, que se lo colocan en el izquierdo.
Para la entrega de arras y de anillos se sigue un estricto orden en la entrega de ambos: primero va de esposo a esposa y luego de esposa a esposo. Sólo hay una excepción en esta regla: cuando la novia tenga rango de reina, princesa o infanta superior al novio, en ese caso será ella la que ponga primero la alianza al novio (aquí de machismos nada).
Las alianzas las suele llevar el padrino y las arras la madrina, a no ser que haya niños de arras, que serán los portadores.
En cuanto a las arras, estas simbolizan la función provincial de Dios en el matrimonio. La entrega de arras no es propia de todos los países ni mucho menos, pero si es el deseo de los novios se llevará a cabo.
Primero el celebrante toma la bandeja de las arras y la pone en manos del novio, que se las dará a la novia y las depositará en la bandeja. El Sacerdote dirá: Bendice Señor estas arras que ponen a “nombre del novio” en manos de “nombre de novia” y derrama sobre ellos la abundancia de tus bienes.
Luego el novio dirá unas palabras: “nombre de la novia” recibe estas arras como prenda de la bendición de Dios y signo de los bienes que vamos a compartir. Después de eso, será la retirada del velo del rostro de la novia (si lo llevara), y acaba el acto de las arras.