Hoy seguimos con los consejos para ser la invitada perfecta.
En una boda, hay unos colores prohibidos. Os podéis imaginar cuál es el prohibido por excelencia, el blanco. Unidos a él tampoco son buenos para llevar el marfil, el crudo, el beige o maquillaje, ya que en ningún caso podemos ir igual o parecidas a la novia.. El negro tampoco es una buena elección, ya que es más para un funeral. Lo podríamos coger para una boda de tarde-noche porque es muy elegante, pero siempre que se complemente para darle al look un aspecto anti-funeral.
En cuanto a los tocados o pamelas, hay una regla que es como el Teorema de Pitágoras: el tamaño del sombrero se tiene que ir reduciendo según pasa el día. Por las mañanas puedes llevar en la cabeza un auténtico árbol, pero cuando llegue la noche sólo puedes llevar tocados. Con los zapatos de tacón ocurre completamente al revés (muy a pesar de nuestros pies): la altura aumenta según llega la noche.
Los tacones y el tocado tienen relación: es decir, si has elegido ponerte el tocado, no puedes quitar los tacones.
Según el tipo de invitada que seas, el vestido puede cambiar. Si no eres una persona muy cercana a los novios, lo suyo es que vayas discreta. Esta es la regla: cuanto menos allegada seas, y más discreta vayas, más lucirás.
Para los bolsos y las carteras la regla es el tamaño pequeño. Para las bodas no tenemos que llevarnos la casa entera en el bolso, hay que pensar con la cabeza. Evitemos la sobrecarga de bisutería.
Y para acabar: pues usar la inteligencia para vestir, el sentido común, leer bien la invitación, preguntar a los mismos novios sobre qué les parece mejor, mirar el tiempo que va a hacer… ¡Suerte!